
Se armó la escena justa, vos y yo juntos somos como un templo. El color nos mimetiza, y el frenesi nos suele llegar a tiempo. Te mentí y me dejaste hacerlo, pero igual, jamás voy a engañarte. Soledad. Mi cuerpo sigue ardiendo, tanto hablar de un sueño recurrente. alguna vez que te perdí el rastro, sospeché; sabías donde esconderte. Y ya no importa saber el final, solo amarte y cruzar el fuego. ¿Cómo sigue esto? Nos quedamos solos. Juntos somos como un templo.
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